Parecería ante la oleada de noticias malas y de crisis en todos los ámbitos que una dosis de optimismo es una alta dosis de locura.
Nada más errado, el mundo de la economía de mercado, especulativa, competitiva, cruel y basada en el darwinismo social involutivo, quiere que la gente se sienta amenazada por no tener exito y se lance como loca a competir entre ellos para ganar.
¿Ganar qué?
No importa, es necesario ser primero en todo, mejor en todo, para que otros no tenga esa oportunidad. Todo lo que se pueda arrebatar a los demás, - Piensa el competitivo habitante del Siglo XXI-, es para su propia satisfacción, no importa que no sea feliz.
Escuche buena música, coma frutas, haga el amor o lea muy buenos libros, camine más, monte en bicicleta, ríase de Ud. mismo y no ande afanado mirando el reloj, corriendo sin aliento, al final sabrá que es mejor ser feliz y simple, que una persona de éxito, totalmente amargada.
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